jueves, 31 de diciembre de 2009

Y eso fue todo

Después de la escapada a Londres, la última semana completa en París dicurrió rápidamente, entre mediciones frustadas y exitosas (incluyendo un sábado fuera de schedule...). El último domingo lo dediqué a caminar por la ribera del Sena y pasear bajo la torre, y a disfrutar por última vez de uno de mis puntos preferidos: la catedral de Notre Dame al comienzo de la misa de la tarde.

Au revoir Paris...

Sunday

Segundo día en Londres, muchos más kilómetros que recorrer. Después de un corto paseo por Hyde Park y las afueras del Kensington Palace, dediqué la mañana a un par de museos. Para la sociedad británica, los grandes museos nacionales son motivo de orgullo y atracción turística, y consecuentemente son gratuitos (con urnas para donaciones). Y realmente valen la pena...

Primero, el Natural History Museum: un tremendo edificio de 4 plantas, lleno de especímenes vivos, embalsamados y fosilizados, maquetas y exhibiciones cubriendo cada aspecto de la vida y la naturaleza desde sus orígenes. Recorrerlo completo me hubiera tomado mucho más de la hora que le dediqué, pero de lo poco que vi me quedo con el esqueleto completo de una ballena azul en el sector de grandes mamíferos, y de un Diplodocus en el hall de entrada principal. Este hall y la entrada sur merecen un comentario aparte: forman parte del edificio original de 1880, con interiores llenos de arcadas, escaleras y techos vidriados, y exteriores en terracota. Realmente "histórico"...

La segunda parada, a la vuelta de la esquina, fue el Science Museum. En la sociedad que dio origen a la revolución industrial, uno puede esperar una buena dosis de historia de la tecnología y este museo no decepciona: desde las primeras máquinas de vapor con más de 200 años (incluyendo una del 1900 en funcionamiento) hasta las aplicaciones salidas de la Fórmula 1 moderna, pasando por la historia del transporte por tierra, agua y aire (y el espacio). Sin embargo, un poco más de interactividad no le vendría mal...

Siguiendo donde quedé el día anterior, no podía irme sin visitar el Tower Bridge y los alrededores, y nada mejor que llegar allí desde Westminster en bote. Además de cruzar de un lado al otro el puente, la mayor atracción del área (si el puente no se levanta...) es la Tower of London. Fortaleza ampliada, destruida y reconstruida a lo largo de 1000 años, realmente la historia se respira a sus puertas. Lamentablemente el tiempo ya me apremiaba y no pude entrar para recorrerla tranquilamente, pero definitivamente queda en mi lista de lugares a visitar.

Después de una típica comida rápida británica en la forma de fish & chips, bajo una típica llovizna británica, el resto del día avanzó caminando. Arrancando desde Trafalgar square, me dejé llevar por las calles de Covent Garden, el mercado por la tarde (lleno de artistas callejeros, algunos muy buenos...) y hasta el frente del famoso British Museum (cerrado a esa hora :-( ).

La aventura londinense terminó a las 19, viajando en un colectivo doble piso hacia la estación del Eurostar. Bye bye Londres, espero verte de nuevo...

sábado, 17 de octubre de 2009

We drive on the left, we drive

Es grande, está cargada de historia en cada esquina; es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo y fue alguna vez el centro de uno de los imperios más grandes (y efímeros) que la humanidad haya conocido. Descansando a orillas del Támesis, Londres recibe a los visitantes de todo el mundo con su mezcla de historia milenaria y modernidad. Y estando en París, a un poco más de dos horas en el Eurostar, no estaba de más hacerme una escapada de fin de semana.

¿Cómo visitar una ciudad tan grande y llena de atracciones en dos días? (¿cómo contarlo acá?). Empezando por el hecho de que solo hice una lista de los lugares que me parecían interesantes para visitar el día anterior, el fin de semana completo resultó en una agradable improvisación. El sábado llegué a la estación St. Pancras International antes de las 9, gracias a que el uso horario británico es diferente del francés (y a una salida muy temprano de París), y las primeras dos tareas en mi lista fueron conseguir un cajero (libras, no euros...) y un pase diario de transporte ('the tube', no 'el subte'...).

Primera parada: Westminster, hogar de la abadía más famosa, el parlamento y el Big Ben. También primer encuentro con otro de los distintivos británicos: mire hacia el otro lado al cruzar la calle... ;-) . A media mañana el cielo nublado no ayudaba a apreciar del todo la arquitectura, pero después volví a la tarde (con entrada a la abadía incluida) y con el cielo despejado los edificios son magníficos. Cerca de las 11, correr (en colectivo) al palacio de Buckingham para ver el cambio de guardia: no llegué con tiempo para agarrar un lugar con vista al patio donde se hace el cambio, pero vi llegar e irse tocando a las bandas de soldaditos en sus ropas de ceremonias.

Al mediodía/tarde fue hora de caminar. Primero, caminata hasta el hostel a través de Green Park y Hyde Park. Estas áreas verdes (ex cotos de caza reales) son realmente impresionantes. Uno puede pararse en el medio de ellas y no hay señales, ni visuales ni sonoras, de que está en el medio de una gran capital. Con el pasto bien cortadito en su mayor parte (que se puede pisar...), y vida silvestre en forma de patos, urracas, cisnes y ardillas, parecen buenos lugares para escapar un rato de la vida citadina durante el día. Más tarde, una recorrida tranquila por la South Bank, desde el London Eye (es enorme) hasta el Millennium Bridge (yo no oscila), con una corta parada en la Tate Modern. Sidepodpubbing cerca de Trafalgar Square y subte hacia la cama.

Update: Sigue el domingo...

domingo, 4 de octubre de 2009

Porque la única forma civilizada de viajar es en tren...

Al menos por tierra... En mi bajada (y posterior subida) de Hamburgo a Konstanz aproveché los eficientes servicios de la Deutsche Bahn, la empresa operadora de la red de trenes alemana. De ida, un tramo en un tren-cucheta nocturno (donde se puede dormir cómodamente), empalmado con un servicio regional al final. 12hs totales porque no era directo (el cambio fue cerca de la frontera francesa) y el tren nocturno era un lechero, pero de todas formas uno está dormido. De vuelta, inicio en el mismo tren regional y finalización en el ICE, el tren rápido alemán. 8hs incluyendo 7min para el cambio. ¿Preocupado por el poco tiempo entre los dos trenes? No se preocupe, la norma es que los arribos y partidas de los trenes son exactos al minuto. A menos que tenga que cruzar una gran estación para cambiar de tren, 5min son suficientes (y si el tren se atrasa y pierde el cambio, le darán lugar en el siguiente).*
OK, ninguno (ni siquiera en primera clase) tiene la comodidad de un coche cama (menos de un super-cama), pero por otro lado ningún colectivo viaja regularmente a 250km/h, por más que algunos lo intenten...

* Esa es la norma teórica. En la realidad encontré a los alemanes un poco más inexactos que los franceses (nunca más de uno o dos minutos). ¿Dónde quedó la precision alemana?

Verduritas

Después de un impasse el lunes visitando la Universidad de Konstanz, dediqué mi último día en la ciudad (martes) yendo en bici a la "isla-granja" de Reichenau. Es una pequeña isla en uno de los brazos del Bodensee, unida a tierra firme hoy en día por un camino. Hogar de una abadía entre 724 y 1803, la isla tuvo su apogeo cultural en plena edad media. Tradicionalmente las tierras de la abadía eran usadas para diversos cultivos, principalmente vides (a las cuales los miembros de la congregación debían dar un buen hogar... ;-) ), y el mismo uso fue mantenido después de la secularización de las mismas. Actualmente la mayor parte de la superficie de la isla es utilizada para cultivo intensivo de hortalizas y frutas (y algo de uva), tanto al aire libre como en invernadero. Aparentemente algunas parcelas son capaces de producir cuatro cosechas al año, y todo esto (supuestamente) de forma completamente natural, sin agroquímicos.
A los efectos turísticos y de paseo, la isla está completamente rodeada por una bicisenda y es un lindo recorrido para hacer tranquilo, pasando por casas agrupadas cada tanto, campos de verduras y tres iglesias (la mejor desde adentro, St. Peter und Paul, en el extremo noroeste de la isla)

lunes, 28 de septiembre de 2009

Por Dios, la luna está al revés!

Tengo que ir a chequear para que lado gira el agua del inodoro...

Primer desvío: Konstanz

Considérese el siguiente "problema": sus actividades en Hamburgo (tranquilas pero en cierta forma cansadoras) terminan el viernes 25, lo esperan en París (tres semanas de internación en un laboratorio) no antes del miércoles 30. Solución: baja 600 km hacia el sur a Konstanz y descansa un poco en lo de un amigo.

Así que apegándome a esa solución, este fin de semana ha consistido en no hacer absolutamente nada más que pasear sin ningún apuro por las orillas del Bodensee (o lago Constanza). A pie o en bicicleta, las orillas del lago están cubiertas de parques y balnearios que se pueden recorrer sin problemas. El sábado el objetivo fue darse una vuelta por el jardín botánico de la isla Mainau, en donde estuve el año pasado pero con condiciones climáticas nada favorables. Esta vez el sol se asoció al paseo y pudimos disfrutar de todo un despliegue de dalias en plena floración, además de un montón de mariposas que parecen preferir ciertas especies en particular (muchas fotos). Hoy el plan incluyó cruzar en ferry al pueblo de Meersburg: calles angostas y retorcidas, construcciones antiguas y sentarse frente al lago...

domingo, 27 de septiembre de 2009

Bye Hamburgo

Segunda y última semana de la escuela, y al igual que la semana pasada consistió de charlas por la mañana, y mayormente visitas/paseos por la tarde. Dejando de lado el miércoles a la tarde (libre), tuvimos visitas a los laboratorios de la universidad que faltaban y a DESY, el centro alemán de luz sincrotrón y futuro emplazamiento del European X-Ray Free Electron Laser (la que será la fuente de rayos X más potente del mundo al concluirse en 2014). Por el lado de las charlas y seminarios, esta semana fue un tanto más interesante que la anterior, con disertantes invitados sobre temas de investigación de punta en la actualidad.

Para finalizar y como frutilla del programa "cultural" de la escuela, hicimos un tour en barco por el puerto de Hamburgo, el segundo más grande de Europa. Paseando frente a muelles donde grandes barcos cargan y descargan contenedores, en un frenesí de carros de transporte y grúas que no cesa ni bajo el sol ni bajo los reflectores de la noche. Y a la noche, cena en un lindo restaurant en la costa del río, con vista a ese puerto encendido como un árbol de navidad.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

A orillas del Elba

Una de las primeras cosas que nos recomendaron visitar de Hamburgo cuando llegamos es el Fischmarkt, un tradicional mercado al aire libre que se desarrolla los domingos a orillas del Elba. El único detalle es que arrancan a las 5 de la mañana y para las 9:30 ya empiezan a levantar, así que había que levantarse temprano...

Primera impresión (7:30): muchísima gente. Toda el área, unos 500 metros o más, totalmente cubierta de puestos o de personas caminando. La atmósfera me pareció demasiado turística, con muchos puestos de venta de chucherías para turistas (si bien abundan las pescaderías, panaderías, florerías, etc.). Más allá de eso son un espectáculo los puestos de venta "en cantidad". En ellos uno o varios vendedores se encargan de llamar la atención de la gente (bromas, cantos, etc.) y venderles una bolsa o canasto lleno de productos por algún precio estándar (por ejemplo, una bolsa completa de chocolates y golosinas por 10€ o un canasto de verduras por 15€). Normalmente la bolsa la arman en el momento con lo que tienen ese día para vender, así que uno recibe un popurrí de cosas que probablemente no iba a comprar, pero a un precio bastante menor a lo que costaría comprarlas por separado en otro lado. Si uno no tiene preferencias fuertes en lo que va a comer, ambos lados salen ganando...

Después de esa visita madrugadora y para aprovechar el resto de la mañana tomamos el ferry (transporte público) por el río hasta la última estación, y de allí subimos caminando por un lindo parque (Jenishpark) y un apagado Botanischer Garten (otoño) antes de emprender el regreso en tren.

Lüneburg

Sábado de paseo por Lüneburg, ciudad medieval en las afueras de Hamburgo. Antiguamente uno de los centros de extracción de sal más grandes de Alemania (y consecuentemente, importante puerto), hoy es un pintoresco pueblo suburbano. La típica arquitectura alemana de madera y ladrillo, con callejuelas lejos de ser un cuadriculado, todavía sobrevive en muchos lados; incluyendo una grúa "a propulsión humana" del siglo XII que funcionó hasta bien entrado el siglo XIX. Después de una visita guiada por la mañana (malos chistes), el resto del día fue dedicado a la secuencia caminar un poco-sentarse a comer-volver a caminar un poco, repetida por un par de horas hasta tomar el tren de regreso. No hay un punto de la ciudad que haya sido imperdible, pero es un buen lugar para pasar no haciendo nada durante toda la tarde.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Recapitulando

La conferencia/escuela a la que estoy asistiendo en Hamburgo consta, además de las charlas a la mañana (y parte de la tarde), de alguna que otra salida de visita. El lunes tuvimos una visita turística por la ciudad, y el martes no fue tanto una salida sino visitar los laboratorios del instituto de física que organiza la escuela: muchas máquinas interesantes y más plata que nosotros ;-) .

El miércoles fue la visita a los laboratorios del principal patrocinador de la escuela (o al menos el que se ganó la visita de los estudiantes...), la famosísima Beiersdorf. ¿No? ¿No les suena ni un poco? Mmmmmm..... a mí tampoco. Bueno, resulta que es la compañía detrás de Nivea y toda una serie de otras marcas de cosméticos y farmacia. También muchas máquinas caras, pero por alguna razón usar un microscopio electrónico de al menos medio millón de dólares para ver cómo se distribuye una crema para el sol no me convence del todo. Supongo que obviamente no nos iban a contar todos sus secretos, pero un poco más de trabajo e investigación real no hubiera venido mal si intentaban convencer a alguien de trabajar para ellos. En palabras de Shrek: me gusta su castillo, muy "limpio"...

La semana terminó con jueves y viernes de pósters, tranquilo y sin sobresaltos.

PD: y ni siquiera nos dieron muestras gratis...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Paseo por la ciudad

Hoy nos sacaron a pasear por la ciudad en colectivo, y debo admitir que no me convence todavía. Sí, es bonita, tiene mucho más verde que la media de las grandes ciudades, tiene un lago gigantesco en el medio... pero por alguna razón sigo con el prejuicio en la cabeza de que es una ciudad apagada e industrial. Debe ser el clima, nublado y ventoso hasta ahora.
Anyway, hicimos una recorrida por el núcleo histórico de la ciudad, o lo poco que le queda de histórico después de un gran incendio en el S. XIX y de la segunda guerra. Eso le da a la ciudad un toque de mezcolanza, con edificios nuevos y viejos a la par, siempre bastante bien armonizado. Los dos puntos salientes: (los restos de) la iglesia de St. Nikolai, monumento contra la guerra; y la ciudad de los almacenes, el sistema de depósitos portuarios más grande del mundo (hoy en día siendo reutilizado para otras cosas, entre ellas, una expansión de la zona laborable/habitable de la ciudad).

Esperemos que por el bien de la ciudad salga el sol...

Perlitas del viaje

  • El Boeing 747 es grande (creo que ya lo dije... ) ;-)
  • Bravo por el inventor del kit de emergencia para cortes en aviones: un blister con agua oxigenada, una pequeña gasa y una curita, todo convenientemente empaquetado para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero (y el dedo pasado por el borde de una hoja de revista afilada) :P
  • Lufthansa no es lo más grande que hay, a pesar de lo que dicen. Buen servicio, pero no excelente (un vuelo transatlántico con pantallas comunes en los pasillos? por favor, hasta TAM tiene pantallas individuales...) :-(
  • Por el contrario, T-Mobile sube escalones por la cobertura wi-fi gratuita en el aeropuerto de Frankfurt :D
  • Los molinos de viento, vistos desde el aire, son gigantes que mueven más brazos que el famoso Briaero :-)

domingo, 13 de septiembre de 2009

Fly me to the moon

No dejo de sorprenderme. El 747 es un avión grande. Ya sea parado a su lado, o visto desde la puerta de embarque, o subido en él. Es grande, punto. Una vez arriba uno se olvidaría de que está volando, si no fuera por el permanente ruido sordo de los motores y las (muy raras en este viaje) turbulencias. Y entonces, a la noche, mirando por la ventana, aparece la luna. Por un momento hay algo raro en ella, algo que no cuadra del todo. Y entonces te das cuenta: está abajo. En la oscuridad y sin un punto de referencia de un ala o un horizonte en penumbras, esa luna ilusoriamente pequeña que desde siempre hemos aprendido a asociar a una posición alta en el cielo, está abajo. Y tú viajas hacia ella, la única luz en ese mar de negrura.