Es grande, está cargada de historia en cada esquina; es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo y fue alguna vez el centro de uno de los imperios más grandes (y efímeros) que la humanidad haya conocido. Descansando a orillas del Támesis, Londres recibe a los visitantes de todo el mundo con su mezcla de historia milenaria y modernidad. Y estando en París, a un poco más de dos horas en el Eurostar, no estaba de más hacerme una escapada de fin de semana.
¿Cómo visitar una ciudad tan grande y llena de atracciones en dos días? (¿cómo contarlo acá?). Empezando por el hecho de que solo hice una lista de los lugares que me parecían interesantes para visitar el día anterior, el fin de semana completo resultó en una agradable improvisación. El sábado llegué a la estación St. Pancras International antes de las 9, gracias a que el uso horario británico es diferente del francés (y a una salida muy temprano de París), y las primeras dos tareas en mi lista fueron conseguir un cajero (libras, no euros...) y un pase diario de transporte ('the tube', no 'el subte'...).
Primera parada: Westminster, hogar de la abadía más famosa, el parlamento y el Big Ben. También primer encuentro con otro de los distintivos británicos: mire hacia el otro lado al cruzar la calle... ;-) . A media mañana el cielo nublado no ayudaba a apreciar del todo la arquitectura, pero después volví a la tarde (con entrada a la abadía incluida) y con el cielo despejado los edificios son magníficos. Cerca de las 11, correr (en colectivo) al palacio de Buckingham para ver el cambio de guardia: no llegué con tiempo para agarrar un lugar con vista al patio donde se hace el cambio, pero vi llegar e irse tocando a las bandas de soldaditos en sus ropas de ceremonias.
Al mediodía/tarde fue hora de caminar. Primero, caminata hasta el hostel a través de Green Park y Hyde Park. Estas áreas verdes (ex cotos de caza reales) son realmente impresionantes. Uno puede pararse en el medio de ellas y no hay señales, ni visuales ni sonoras, de que está en el medio de una gran capital. Con el pasto bien cortadito en su mayor parte (que se puede pisar...), y vida silvestre en forma de patos, urracas, cisnes y ardillas, parecen buenos lugares para escapar un rato de la vida citadina durante el día. Más tarde, una recorrida tranquila por la South Bank, desde el London Eye (es enorme) hasta el Millennium Bridge (yo no oscila), con una corta parada en la Tate Modern. Sidepodpubbing cerca de Trafalgar Square y subte hacia la cama.
Update: Sigue el domingo...
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