Considérese el siguiente "problema": sus actividades en Hamburgo (tranquilas pero en cierta forma cansadoras) terminan el viernes 25, lo esperan en París (tres semanas de internación en un laboratorio) no antes del miércoles 30. Solución: baja 600 km hacia el sur a Konstanz y descansa un poco en lo de un amigo.
Así que apegándome a esa solución, este fin de semana ha consistido en no hacer absolutamente nada más que pasear sin ningún apuro por las orillas del Bodensee (o lago Constanza). A pie o en bicicleta, las orillas del lago están cubiertas de parques y balnearios que se pueden recorrer sin problemas. El sábado el objetivo fue darse una vuelta por el jardín botánico de la isla Mainau, en donde estuve el año pasado pero con condiciones climáticas nada favorables. Esta vez el sol se asoció al paseo y pudimos disfrutar de todo un despliegue de dalias en plena floración, además de un montón de mariposas que parecen preferir ciertas especies en particular (muchas fotos). Hoy el plan incluyó cruzar en ferry al pueblo de Meersburg: calles angostas y retorcidas, construcciones antiguas y sentarse frente al lago...
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